Chimbalab surgió como un espacio de experimentación creativa con baja tecnología en un barrio periférico de la ciudad de Santiago. Constanza Piña y Claudia González, responsables de la iniciativa, son artistas que al interesarse por la creación con tecnología decidieron abrir sus procesos de investigación en el taller que compartían en su casa del barrio de Independencia, antiguamente llamado "La Chimba", de ahí el nombre Chimbalab. Desde allí propusieron una serie de actividades como talleres, charlas, encuentros entre artístas, fiestas, proyecciones sin costo para los participantes y sin ganancias para ellas. El terremoto dejó inhabitable ese espacio y desde entonces han dictado talleres en otras sedes y realizaron una gira por Argentina donde presentaron actividades que sí les dejaron algunas ganancias.