Cuando empiezan las oleadas de migración ecuatoriana, se dan sucesivas oleadas de envios de saludos en material audiovisual. Las personas que emigraron envían del país nuevo donde residen un equipo mínimo (camara de video y las cintas) y el pedido es que manden una carta hablada y se la mandan de vuelta. Y así se da un intercambio sucesivo, que además narra la evolución de las tecnologías desde los años 70 hasta el año 2009 (desde el super 8, pasando por diversos formato de cintas y DVDs). El proyecto recopila material de algunas familias; muchas grabaciones se han conseguido en el Ecuador. Esa correspondencia se transforma en material para situaciones culturales sorprendentes: es un mundo humano cotidiano registrado visualmente (toda una gama desde lo heroico y patrio hasta los videos eróticos y masturbatorios). Han recopilado y digitalizado el material y esperan generar una conciencia para crear una base sobre un archivo histórico del país pero que han sido trabajados desde otros espacios. Sirve de insumo para la construccion futura de la historia del Ecuador. El rastreo tecnológico también permite hacer un rastreo social (las personas que tenían capacidad de acceder en los 70s era gente más bien pudiente, y luego las camaras se consiguen a precios más accesibles). También logran conocer imagenes que serían imposibles de registrar sobre la vida social y cotidiana del Ecuador. Han logrado incorporar el archivo a la Secretaría Nacional del Migrante en el Ecuador como el proyecto "Videocartas". El trabajo explora los conceptos de las artes visuales resueltas desde el audiovisual. Cuentan con más de 250 horas de videocartas. Tienen pendiente repatriar el material que fue filmado en Ecuador y que se envió a los países de destino de los migrantes.