Desarrolló inicialmente varios talleres de gráfica en tres cárceles de Quito; estos talleres fueron mutando hacia la producción de video experimental. Produjo varios proyectos en cárceles y penales con gente de los talleres de artes plásticas, y de ese proceso gráfico inicial evolucionó al campo del videoarte. También trabajó en la "Casa de Confianza" (el lugar donde los presos están en el periodo de prelibertad) desarrollando una experiencia con fotografía, fancines y video. Muchos de los trabajos de video recogen una apuesta transgresora muy representativa de la situación de los presos. En años recientes apoyó la formación de producciones de videos con algunos ex presidiarios. También ha venido participando en el colectivo agroecológico, que trabaja con agricultura orgánica de especies, frutas y semillas para generar un consumo responsable en Quito.